domingo, 9 de febrero de 2014

Un acuerdo que se rompe con el tiempo. Capítulo V (Final).




Capítulo Final.



Años después:

¿Cómo estás?—preguntó Tom mientras se acercaba a la camilla de hospital. Lily sonrió y una lágrima cayó rodando por su mejilla.

Vinieron...— dijo en un susurro y miró a Bill, -quién estaba detrás de Tom con los brazos cruzados y miraba por la ventana-. —Estoy bien. Me siento bien—Respondió y tomó la mano del joven de 15 años que tenía en frente. Habían pasado 4 años desde que lo había visto por primera vez y se sentía como una madre orgullosa encontrándose con su hijo después de mucho sin verlo.

¿Volverás?—preguntó Tom con una pizca de esperanza que nunca se iba... Aunque ya sabía la respuesta.

¿Qué quieres que responda?—murmuró débil y sus lágrimas seguían cayendo.

Miénteme— Dijo el de largas rastas y apretó los delgados dedos de la única mujer que había llegado a amar.

... Me iré a casa con ustedes. Mejoraré... No moriré—Tom cerró los ojos con fuerza. Sentía que su mundo se caía y no le quedaba nada.

Lily observó una vez más a Bill, quién lloraba en silencio pero aún no quería mirarla.

Bill, ¿Podrías venir?— preguntó y Bill, adolorido, se giró hacia ella.

Tenía el rostro más delgado que la última vez y las venas de sus brazos se marcaban notoriamente a través de su piel.

¿Dónde quedó ésa hermosa sonrisa, y ésa fuerza que me hacía sentir mejor en momentos como éstos?” Se preguntó Bill y se acercó a paso lento dónde estaba Tom.

Se arrodilló a su lado y extendió su mano para tomar la de Lily. La que estaba disponible.

Te ves bien—murmuró Lily y las lágrimas de Bill cayeron. —Me gusta cómo te ves sin maquillaje... Y además tu cabello está corto, ¡Wow!—

El trabajo, ya sabes— Sonrió aunque tenía una tristeza inmensa en el alma, porque... Tenía que darle algo bueno a Lily antes de que... Antes de que...

¿Estás cuidando de mi pastelito?— La voz femenina interrumpió sus pensamientos. Ésta acariciaba el rostro de Tom, qué parecía iluminarse con su tacto.

Claro que sí. Lo hago aunque no agradezca y se queje todo el tiempo—bromeó el moreno y Tom le dió un codazo en las costillas.

No es cierto— Advertió Tom en un gesto altanero y apuntó al mayor—-Él es el quejica-—

Pudieron sonreír sinceros una vez más... Los tres juntos.

Bueno... Me alegra tanto que hayan venido. Les tengo una sorpresa—

Lily, no te molestes— comentó Bill y Tom asintió apoyando las palabras del mayor.

No es una molestia si se trata de ustedes—respondió y sonrió. Levantó la mano deBill que tenía tomada y dejó sobre ésta un sobre. —Házme un favor...—

El que quieras—respondió con la voz temblorosa

No lo veas hasta que... Hasta que...— Lily parpadeó, pues las lágrimas no le permitían ver el rostro de sus dos mejores amigos en la vida.

No lo haré— Respondió Bill sabiendo a lo que se refería.

Y yo no dejaré que lo haga—añadió Tom mientras se aferraba más a la mano de la hermosa mujer que tenía en frente.

Gracias, Tommie—

Cruzaron miradas un par de veces y una luz comenzó a titilar en la pantalla a la que Lily estaba conectada.

¿Qué es éso?— Preguntó Tom preocupado.

-—Mi corazón... Mis latidos aumentan cuando los veo—

¿Éso quiere decir que...— ''...Puedes quedarte?'' quería preguntar

No, Tom... Lo lamento— Interrumpió Lily sin querer darle ilusiones. —Quiero que me hagan otro favor...— Pidió en su último aliento.

Por supuesto— respondieron ambos al mismo tiempo.

... Manténganse juntos. Se necesitan—

Ambos se miraron por largos segundos, cómo si estuvieran en una conversación mental y luego asintieron.

Gracias por venir, pero... Siento que es momento de irme—

Bill estaba listo para tomar a Tom de los brazos y controlarlo pero sorpresivamente, no gritó ni tuvo un ataque de pánico como creía que iba a ser.

Tom asintió y dejó que sus labios mojados por las lágrimas se posaran en la huesuda mano de la mujer que más había querido.

Bill imitó el gesto, dejando un beso en su mano contraria.

Los amo— Soltó ella y ambos asintieron frenéticamente.

También lo hago...— Respondió Tom y miró a Bill en busca de una respuesta para Lily.

Yo también lo hago— Y en cuánto lo dijo, las manos de Lily perdieron la fuerza y poco a poco se fue deshaciendo el agarre que tenía en las manos de los dos mejores chicos que había conocido en su existencia.

Le alegraba haber dejado a un inteligente y capaz chico de 15 años con un valiente y decidido hombre de 24 años como Bill.

Ahora podía irse tranquila...

//.

¿Estás bien?— Preguntó Bill mientras conducía su auto nuevo.

Sí... Estoy feliz de que se haya ido sin tener que sufrir—respondió Tom mirando por la ventana. Había comenzado a llover.

Fue gracias a tí... Si no le hubieras dado el apoyo y amor que le diste en ése momento, posiblemente las cosas hubieran sido de otra manera— Bill se sentía distinto. Miró a Tom y le sonrió en cuánto tuvo su mirada en él.

¿De verdad lo crees?— Los ojos del menor brillaron y Bill se dió cuenta de que ya habían llegado. Estacionó en el garage y cuando bajaron, respondió en un suspiro:

-—Claro que sí—se acercó a Tom y nervioso abrió los brazos lentamente —¿Puedo pedirte algo?— Preguntó con un leve nerviosismo en la voz.

Sí— Respondió el rubio mientras sonreía.

¿Me darías un... Abrazo?—

Y claro que se lo dió.

- - -.

...Un abrazo que fue transformándose en caricias, en susurros, en confesiones, en besos y que terminó en la cama del cuarto en que ambos dormían.

Bill, no sé si quiero...— Tom no sabía como seguir la frase...

-—No te preocupes. Seguiremos siendo amigos— Interrumpió con la respiración irregular. —¿Está bien?—

Más que bien— Tom sonrió por la respuesta que Bill le había dado; Es cómo si hubiera leído sus pensamientos.

Sólo amigos— Soltó Bill en una exhalación.

Sólo mejores amigos— Corrigió el rubio mientras se abrazaba a Bill. El mayor asintió y correspondió el abrazo.

Sin previo aviso se durmieron, y el sobre que Lily le había dado al moreno observaba todo desde la cajonera que tenían en frente.


Amados chicos:

Junto con agradecerles por todas las sonrisas y los buenos momentos que me han dado, les dejo un pequeño regalo que les será de mucha utilidad.
Han vivido por 4 años en él y sé que él los quiere y necesita tanto como yo.
Pueden cambiar los viejos muebles, pues la esencia seguirá siendo la misma, pero... Por favor no se deshagan del gran sofá negro. Lo compré con mi primer salario de camarera y cómo fue allí dónde ambos se conocieron, quiero que siga en eldepartamento lo más que pueda.

Los amo mucho y espero que siempre me recuerden con una sonrisa en el rostro. Los extrañaré desde el otro lado...

Amor y suerte...

Lily Möndriet.







Epílogo.


(***)

—¡Ni se te ocurra traer ésa soda aquí!— Tom apuntó a Bill acusadoramente y lo miró con los ojos entrecerrados. Si el sofá se mancha...—

—Ya lo sé, tontito Bill sonrió y se bebió la lata de un gran sorbo. —¿Qué película quieres ver?— Preguntó mientras apagaba las luces y se sentaba al lado del menor.

—No lo sé. Elíjela túSe abrazó a Bill y éste le correspondió gustoso.

—¿Qué tal si no vemos nada?— Preguntó mientras bajaba la cabeza para mirar a Tom a los ojos. Sólo quedémonos aquí conversando...— Se quitó del abrazo un momento, para cubrirse a ambos con la manta que había traído y volvió a los brazos del rubio.

—Suena fantásticoAccedió Tom y besó al moreno en los labios. —¿Recuerdas el día en que Lily...

Conversaron por horas y horas hasta caer rendidos en los brazos de Morfeo.
Tom se removió en mitad de la noche y tomó la mano de Bill. Con la mano que no tenía ocupada, acarició la tela del gran sofá negro y susurró un ''Buenas noches'' antes de volver a dormirse.


Fin.

Un acuerdo que se rompe con el tiempo. Capítulo IV



¿Es ésto legal?— Preguntó Chantelle, una chica a quién Bill había llamado su ''novia'', sólo por no querer estar solo.

No, pero nadie se enterará. Además aquí todos lo hacen—Tuvo que gritar el moreno ya que la música estaba muy alta. Era un club cerrado a las afueras de la ciudad, dónde el olor a mariguana, cigarrillos y alcohol podía sentirse en cada rincón.

Bill sacó de su bolsillo el pequeño envase plástico que su mejor amigo le había regalado por su cumpleaños e hizo un par de rayas de coca sobre el espejo que Chantelle le había prestado.

Anda-—Le dijo a la rubia y ella sonrió. Se acercó al polvito y lo aspiró sin dificultad alguna.—¡Vaya! Nada mal para ser tu primera vez— Rió burlón

Gracias, Amor—

Bill sintió una patada en el estómago e inmediatamente se le borró la sonrisa del rostro. Dejando a la chica y el polvo allí, salió corriendo.
Corrió, corrió y corrió hasta que llegó a un barrio en el que jamás había estado y se sentó en la orilla de la solera. Suspiró un par de veces, pero seguía recordando con asco aquella palabra... En su cabeza apareció otra vez el apodo ''Amor'' y sintió tal mareo, que un par de arcadas azotaron su organismo.

Cuando ya habían pasado unos severos minutos, sacó su celular de su bolsillo y borró toda la agenda telefónica.

Era momento de un cambio.

(…)

¿Podrías dejarme en paz?.. Enano-—Se quejó Alice, soltando la última palabra entre dientes. Era la hermana mayor de Tom, y éste le había pedido ayuda con su tarea ya que su madre no estaba en casa.

Bien, pero si luego te llaman de la escuela no digas que no lo intenté— El -en ése entonces de rastas-, bajó a su habitación saltando escalones de dos en dos. Cuando entró a su cuarto, se tiró sobre la cama y miró el cuaderno por última vez;''Escriba un cuento fantástico/ ficticio en menos de dos hojas''. Recordó las palabras de Alice y sintió su labio temblar. ¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco tiempo? Tomó el lápiz azul y en simples trazos escribió:

Mi mamá me quiere. Mi hermana se preocupa por mí. Mi papá sigue vivo. Me gustan las chicas— Lanzó el lápiz contra la pared y pronto su cuento fue manchado con lágrimas y huellas de dedos sucios.

Se preguntó entonces si... Alguien notaría su ausencia.

//.

Quiero un jugo de naranja, por favor—pidió Tom a la rubia camarera que lo miraba enternecida.

Claro, pastelito—ella sonrió y luego se agachó a la altura de Tom. —Quisiera preguntarte porqué estás aquí a éstas horas, pero no sé si sea un buen momento—

Tom la miró con los ojos aguados y sonrió lastimero. —Está bien. Eres la única persona a la que parezco importarle... Y ni siquiera te conozco—

Soy Lily—comentó y extendió su mano, en busca de una respuesta—¿Tú eres...—

Tom—completó el menor y tomó la mano de la rubia. Sintió una cálida sensación en el pecho...

Bien, Tom ¿Por qué estás aquí?— Lily lo miró con dulzura. Se sentía identificada con él por alguna razón...

Escapé de casa—explicó y suspiró —Por favor no le digas a nadie... No quiero que me lleven ahí otra vez—

Está bien, pero... ¿Tienes dónde quedarte?-—Preguntó ella acariciando las rastas del joven.

No. Pero... Supongo que puedo quedarme aquí. Está abierto las 24 horas, ¿No?— Preguntó inocentemente

Lily asintió con la cabeza aunque tenía un gran nudo en la garganta... ¡Preocupación! ¡Éso era!

Te traeré tu jugo, ¿Tienes hambre?—

Eh... Sí, pero no puedo pagar por algo de comer— Tom revisó sus bolsillos y apenas llevaba unos cuántos dólares. —Oh, oh. No creo que en la mochila traiga más...—

No te preocupes. Yo invito— La rubia había decidio que lo quería a su lado por más tiempo; Era tan parecido a...

Gracias, Lily— contestó el menor con una sonrisa, sacando a la chica de sus pensamientos

No hay de qué, Tommie— Devolvió la sonrisa y caminó lentamente a la cocina.

Mientras tanto...

Y una mierda, no pienso pagar lo que estás pidiéndome— Sentenció Bill mientras su amigo le gritaba por teléfono. —¡Fue un puto regalo que nisiquiera consumí! Chantelle se quedó con él, ¿No puedes pagarlo? ¡Pues qué lástima! Y por favor, no vuelvas a llamarme... Sólo contesté porque creí que era alguien más—

Colgó furioso y miró su teléfono por un par de segundos...

Dio un par de pasos y abrió la puerta que daba al balcón. —Sé que me arrepentiré de ésto, pero... comenzaré desde cero— Y arrojó el teléfono desde 8 pisos de altura.

//.

Con una sonrisa en la cara, comenzó a colocar todas sus cosas en una maleta. Se iría de ése lugar que tantos malos recuerdos le traía... Y sabía perfectamente en quién sí podía confiar.

***

Lily, ¿No crees que es algo joven?— Preguntó burlón mientras arrastraba su gran maleta dentro de la cafetería, haciendo que el sonido de las ruedas resonara por todo el lugar

¿Bill? ¿Qué haces aquí?— preguntó Lily confundida por la sorpresa; No lo veía hace años...

Sí, también me da gusto verte— respondió Bill irónico y cuando vió que Lily sonrió, la abrazó. —Sé que sonará mal después de tanto tiempo sin vernos, pero... Realmente necesito tu ayuda—

Si necesitas mi cuarto de huéspedes otra vez, tengo malas noticias— anunció la rubia mientras fruncía los labios.

-—¿Qué dices?— Bill se alarmó; ¡Era lo que más necesitaba!

Tom se quedará en él-—Y cómo si hubiera hablado en otro idioma, tuvo que preguntar...

¿Quién es Tom?—

Él es Tom-—Apuntó al niño con rastas que tenía a su lado y éste lo miró con casi asco. Bill se quedó mirándolo... Debía tener unos 11 años y estaba completamente solo.

¿Quién eres?— Le preguntó al chico y se sentó frente a él. Dejó caer su maleta la cuál hizo un fuerte sonido de impacto contra el suelo y colocó sus piernas sobre la mesa.

Tom— Respondió tímido el niño. -—Y tú?—

Soy Bill— El moreno sonrió un poco y apuntó el cabello del menor—¿Que no eres algo joven para tener ése nido de ratas en tu cabeza?—

¡Bill!— Le regañó Lily —Ya déjalo. Si quieres quedarte en mi casa, tendrás que hacerte su amigo, pues será tu compañero de cuarto—

Ambos miraron a Lily con la boca abierta. ''¿Compañeros de cuarto? ¿Un niñito de 11 con un chico de 20? ¡Por favor!'' Pensó Bill. ''Es ridículo''.

Sin embargo, cuando Lily había terminado su turno se vió en el cuarto de huéspedes acompañado del chico que había conocido hace algunas horas.

Hay sólo una cama—comentó Tom nervioso y Bill rió.

¿Y qué? Ni te hagas ilusiones—Bromeó Bill. Tom se sonrojó y dejó su mochila cerca de la cama. Se sentó en ésta y poco a poco comenzó a recostarse. En cambio, Bill de un salto se lanzó a la cama y comenzó a desvestirse. —¿Que acaso dormirás así? Se te hará incómodo—

¿Tú crees?— Preguntó Tom mientras agarraba su camiseta. —Uh... Puede que tengas razón—

Siempre la tengo—comentó Bill y tomó su largo cabello en una cola. —Mierda, olvidé quitarme el maquillaje—

Mientras Tom se quitaba la camisa, se giró a ver a Bill. —Es malo dormir con maquillaje. Deberías quitarlo...- Sugirió tímidamente, aunque por suerte, obtuvo una respuesta amable.

Lo haría, pero... Mis cosas se quedaron en mi ex departamento. Debía dejar algunas de ellas para que cupiera todo en la maleta-—Explicó y luego se preguntó que hacía hablando con un niño 9 años menor.

Uhm...-—Tom se estiró y rebuscó entre sus cosas. —Ten— Dijo extendiéndole una crema humectante.

¿Cómo es que traes éso contigo?— Preguntó Bill mientras la tomaba —... Gracias—

No me gusta tener la piel seca... Se siente raro-—Explicó y sonrió —No hay de qué—

Bill rió perezosamente. ¿Cómo es que un niño de 11 años se preocupaba por su piel?

Cuando terminó quiso devolver la crema, pero notó que Tom ya estaba dormido. Sonrió y lo cubrió con una manta.
Mañana le preguntaría a Lily, sobre el origen del pequeño angelito que dormía a su lado.

(…)

Tom despertó y lo primero que hizo fue mirar a su lado. Bill ya no estaba... ¿Había sido todo un sueño?
Tuvo la respuesta cuando comenzó a fijarse en la habitación en que se encontraba. No estaban sus pósters de cohetes, ni sus figuras de acción.

Sonrió.

Se levantó e inmediatamente se vistió. Caminó hacia la sala de estar, y ahí encontró a una recién levantada Lily, con un pijama rosa y a un recién bañado Bill, con el cabello mojado.

Buenos días—Dijo con voz débil

Ambos se giraron y respondieron el saludo. Lily caminó hacia él y preguntó:

¿Quieres desayunar?—

//.

¡No comía unos waffles tan buenos desde que... Mi padre estaba en casa-—Dijo Tom y quiso llorar, pero al notar que Bill lo observaba extrañado, se mostró fuerte.

¿Qué pasó con tu padre?—

-¡Bill!- Le regañó Lily otra vez.

¿Qué? ¿Pregunté algo que no debía?-—Miró a Tom con una ceja levantada y se llevó un trozo de tostada a los labios. —No tienes que responder si no quieres— Intentó restarle importancia, pero le fue imposible al obtener la respuesta.

Está bien— Tom suspiró y bebió jugo antes de hablar. —Murió hace un año y unos cuántos meses—

Bill se quedó estático y devolvió su tostada al plato antes de que pudiese continuar comiéndola.

Lo lamento, sé cómo es-—Bill se encogió de hombros y se rascó la nuca algo sonrojado. —Mis padres también murieron cuando era joven... No tan joven como tú, pero en fin...—

También lo lamento— Ambos suspiraron y se sonrieron... O algo así.

¿Y qué hay de tu madre?— Preguntó el moreno mientras miraba sus uñas, buscando distraerse —O hermanos... ¿Tienes alguno?—

Mi madre me odia y... Tengo una hermana mayor que también lo hace— contestó Tom cómo si fuese lo más normal del mundo. —Apuesto que nisiquiera han notado mi ausencia—

¿Tanto así?— cuestionó Bill y pronto comenzó a sentirse identificado con el de rastas rubias.


Luego de unas horas conversando... Lograron simpatizar.

Un acuerdo que se rompe con el tiempo. Capítulo III


A la mañana siguiente... (Por Narrador)


Bill se removió en la cama buscando calor. Hacía mucho frío... Tanteó a ciegas a su lado, pero no encontró lo que buscaba. Abrió los ojos con pereza y notó que Tom se había levantado.

—Uhm...— gruñó en la plenitud matutina. Era un día perfecto para quedarse en casa; Y así lo haría. Era Domingo.
Bostezó un par de veces y decidió incorporarse e ir a la ducha. Cuando se levantó, acomodó sin delicadeza sus bóxers ya que comenzaban a molestarle y en el momento que un vago recuerdo de lo que había pasado anoche llegó a su mente, una sonrisilla se formó en sus labios.

Se metió a la ducha sin imaginar lo que estaba pasando en el comedor.

//.

Tom preparaba el desayuno desde las 8 am; Había decidido sorprender a Bill, ya que conociéndolo, no despertaría hasta por lo menos las 12 pm.
Se había levantado alrededor de las 7am, para ir a la pequeña tienda que abría las 24 hrs. Compró frutas, chocolates, galletas, jugos, todo lo que necesitaba para hacer de un simple desayuno un banquete, y en cuánto llegó a casa comenzó a cocinar con una sonrisa en la cara.

(…)

—¿Qué es ése olor tan...?— Bill se quedó con las palabras en la boca. Observó toda la mesa repleta de suculentos manjares cómo si se tratara de un gran tesoro y luego miró a Tom. (Quién sonreía y sus ojos se veían aún más almendrados de lo que eran).


—Buenos días-—Se limitó a decir el menor

—¿Buenos días?— Bill cerró los ojos y comenzó a reírse cómo no hacía en mucho tiempo. Carcajada trás carcajada y Tom pronto se unió. —¿Es éso lo que dices cuando haces algo como ésto?— Exhaló con fuerza y caminó hacia el de cabellos claros; lo miró desde arriba y sonrió. —Buenos días...-—Dijo y lo besó un par de segundos, para luego añadir: ''—...Cariño—''.

—¡No me llames así!—Tom hizo un puchero mientras se sonrojaba y empujó a Bill, sin mucha fuerza en realidad.

—Está bien, sólo bromeaba— Todo era sonrisas nerviosas acompañadas de inútiles sonrojos. Ésa mañana fue lo más cursi que habían vivido en años. —Supongo que... Ésto es para mí, ¿No?—

—No es necesario que responda, ¿Cierto?-—Preguntó Tom riendo

—No. En realidad, no—

(...)

Ambos estaban sentados desayunando y compartiendo sonrisas, aunque... No era lo único que compartían; En ambas mentes seguía el recuerdo de lo que había pasado hace varias horas.

La noche anterior:

... Me siento más como un padre que como un novio; Prohibiéndote cosas, pagando tu universidad...—

Bill...—interrumpió Tom. Cerró los ojos con fuerza y cuando estuvo preparado, exhaló un: “—Te amo—” lleno de preocupaciones.

El mayor tuvo que parpadear varias veces para notar que no estaba soñando. Seguía mirando a Tom con la misma expresión sorprendida y el de cabellos rubios sonrió nervioso.

Lamento decirlo ahora—Anunció Tom —Pero no me atrevería en otras circuns..—

Cállate—Interrumpió Bill sin delicadeza, y ahora era Tom quién lo miraba sorprendido. —Es decir...—Bill se sonrojó como nunca lo había hecho. No tenía vergüenza y sin embargo, ahora estaba hecho un manojo de nervios y temblores. —También lo hago—Murmuró inaudiblemente.

¿Qué?— Preguntó el rubio mientras acercaba su oreja a los labios del mayor. Pronto se vió envuelto en los brazos de Bill y un susurro llegó a su oído:

También te amo— Dijo Bill y pronto notó que sus lágrimas volvían a escapar. Maldijo un par de veces y Tom rió.—Gracias por esperarme—

¿Esperarte?— Preguntó el menor impactado, era imposible que...

Sé que lo haces desde hace mucho. Agradezco que hayas esperado a que estuviera preparado para decírmelo—Bill sonrió y en ése momento, Tom dejó todo lo malo atrás.

No hay de qué— Respondió con la voz temblorosa y débil.

Actualidad:

—Gracias por... Todo— Dijo Bill mientras se llevaba el vaso de jugo.

—¿Te refieres al desayuno?—

—No... Bueno, también— Bebió un par de tragos y dejó el vaso otra vez en la mesa. —Pero... Más por llegar a mi vida—

El menor lo miró sin decir nada. Bill comenzó a reír otra vez y Tom rió con él por no llorar.


Finalmente, Tom tenía su cuento de hadas.

sábado, 4 de mayo de 2013

Un acuerdo que se rompe con el tiempo. Capítulo II

Nota de autor: ¡Buenas noches a todos!, Les dejo un segundo capítulo de éste fic que adoro c: , y que espero, sea adorado por ustedes también.Gracias *u* PD: Les recuerdo: Lo que está en cursiva, es un recuerdo o un suceso del pasado.

 
Capítulo II

Tom se levantó del sofá en cuánto Bill se durmió. Caminó hacia el baño, lavó sus dientes y rostro, y se colocó su pijama, ya que llevaba toda la tarde en bóxers.

Pensó en lo que había sucedido horas atrás y quiso volver a llorar de la emoción, pero en vez de éso, decidió caminar a la cocina por algo de comida porque su estómago rugía exigiendo alimento.
(…)
-¿Qué es todo éste ruido?- Se quejó Bill desde el sofá. Se sentó lentamente y cuando Tom volteó a verlo, se sonrojó. El mayor tenía su cabello despeinado y algunos mechones sobre el rostro. Al haberse incorporado en el mueble, se le marcaba su -apenas musculoso abdomen- y Tom rió nerviosamente.
-Estaba terminando. Lamento haberte despertado...- El menor hizo una especie de puchero, que al mayor le causó gracia.
-¿Sabes? A mis 26 años, tus gestos siguen sacándome sonrisas- Negó con la cabeza y luego se quejó por el olor -¿Acaso quemaste algo?-
-Oh, éso- Tom rió nervioso, otra vez -Digamos que una de las hamburguesas está ahora en la basura-
-¿Hamburguesas?- Bill frunció el ceño -¿Qué no eras vegetariano?-
-Sí. Son para tí, bobo-

Bill sintió una pizca de calor en sus mejillas y se levantó completamente del sofá. Se colocó frente a Tom y lo encerró entre sus brazos y la encimera.

-¿Cocinaste para mí?- Susurró cerca del cuello del menor.

-Ehh, sí... Espero que no sea algo malo- El de cabellos claros sintió cosquillas antes la voz del moreno y tuvo que aguantar una carcajada.
-¿Algo malo, dices?- Bill se separó riendo y cuando se percató de que tenía la vista del menor en sus ojos, se acercó a su rostro. -Quizá ésto sea malo
-¿De qué hab...- Y fue callado por los labios del mayor.
''Oh''.
Habían tenido relaciones al menos cien veces en dos años, pero jamás se habían vuelto a besar desde aquella noche... Que parecía tan lejana, ya que su ''relación'' era sólo algo físico y un beso parecía algo emocional.
''¿Sería posible que comenzaran a surgir sentimientos?'' Tom se pateó mentalmente por siquiera haberlo pensado; Habían acordado desde el principio que serían amigos... Sólo amigos.
Cuando Bill se separó, Tom suspiró y sintió sus labios enfriarse.

-Lo lamento- Se excusó Bill -Sé lo que habíamos acordado, pero... Me temo que las cosas han cambiado-

Actualidad:


-Era mejor cuando él tenía 17 años y seguía siendo adorable- Bill suspiró y acomodó el gran cojín del sillón. -No puedo creer que éste sea también mi hogar y esté durmiendo en el sofá- Murmuró para sí mismo.

Miró a su alrededor, y guiándose por su recuerdo, comparó cuánto habían cambiado las cosas.
Los muebles nuevos, la posición de éstos... La habitación principal...

Todo había sido obra del ''niñito'', que ahora era todo un hombre. Con 19 años, Tom había cambiado drásticamente.
Tom había pagado un montón porque cambiaran sus rastas doradas, por una corta y lisa melena rubia, aunque solía usarla en una cola alta.Ahora su ropa era de su talla. (Y no 6 o 7 tallas más grandes), lo que hacía que su delgado cuerpo pudiera notarse, y sus rasgos eran mucho más masculinos.
Y emocionalmente...

Horas atrás... (Por Bill)
-¿Vas a salir otra vez?- Pregunté observándolo de reojo; Él se abotonaba una camisa a cuadros, mientras yo cocinaba.
-Sí- Respondió sin mucho interés.

-¿Se puede saber dónde vas?- Insistí, dejando los implementos de cocina a un lado y cruzándome de brazos.
-A un club- Me miró un par de segundos y se encogió de hombros -No es la gran cosa. Sólo va Andreas, Georg y uno de sus amigos-
-Ah, bien. Me gustaría que lo hubieras dicho antes. Estaba preparando cena para dos...- Me quité el delantal y me puse frente a Tom. Aún tenía que agacharme un poco para hablarle... No había crecido mucho en éstos últimos años. -¿A qué hora volverás?-
-Mierda, Bill... ¿Qué ocurre contigo?- Se separó de golpe y se sentó en la mesa de centro -Que tengas más años que yo, no te hace mi padre-
Levanté una ceja y fruncí los labios.
-Jamás habías dicho nada sobre la edad. Ni siquiera cuando tenías 15 y ya cogíamos-
-¿Y qué?- Preguntó desafiante -Desde que estamos juntos has salido a dónde se te haya dado la puta gana y yo he tenido que tragarme mis preguntas y celos-
-¿Ya vas a empezar con éso?- Negué con la cabeza y suspiré -Sólo quería saber dónde estarías en caso de que tenga que ir a buscar tu cadáver repleto de alcohol. Desde que cumpliste 18, has bebido más que yo en toda mi vida-
-¿Es que te importa? ¡Yo no decía nada cuando llegabas a casa con olor a vodka y a perfume de mujer!-
-¿Sabes, Tom? Ya no sé si estoy dispuesto a seguir escuchando ésta mierda- Afirmé mis manos en los posabrazos del sillón, y de éstos me impulsé para ponerme de pie. -Haz lo que quieras- Sonreí sínico.
-Está bien- Respondió -De todas formas... Ya no quiero ir- Se dió la vuelta y caminó hacia la habitación.

Actualidad:
Emocionalmente... No había cambiado mucho.
Sólo quería que Tom tuviera 17 años de nuevo, y fuera él quién protestara hasta que me quedara en casa; Entre sus brazos.
Suspiré y me senté en el sofá. -Mierda...-
...
Me levanté y caminé sigiloso hasta la habitación. Giré la perilla y entré poco a poco. Noté como el cuerpo de Tom estaba cubierto sólo por las sábanas, y tiritaba de frío. Con cuidado, me recosté a su lado y nos cubrí a ambos con toda la ropa de cama. Pasé un brazo por encima de él y él lo agarró con ambas manos.
-... Lo siento- Murmuró sin mirarme, pero se pegó más a mi cuerpo. -Olvida lo que dije, por favor-
Sonreí y suspiré aliviado.

-No, no. Olvida tú lo que dije... Debí ponerme en tu lugar- En ése instante se giró y sus ojos brillantes por la luz de la luna, se clavaron en los míos. -Mierda, te ves tan lindo así-
Negó con la cabeza y me abrazó con fuerza.

-A veces quisiera volver a tener 17 años...- Susurró -Siento que me querías más en ése entonces-
-No digas tonterías- Dije colocando un mechón de su cabello trás su oreja -Es sólo que... En ése entonces sabía cómo abrazarte, cómo besarte... Cómo hacerte el amor- Sonreí apenado -Ahora... Es diferente. Trato de besarte y me rechazas... Te abrazo y te sientes incómodo...- Tom me miró cómo si estuviera revelando algo impresionante... Y bueno, quizá para él lo era, ya que jamás hablaba de mis sentimientos con nadie.
-Lo lamento- Se disculpó y besó mi mentón -Todo lo que está pasando...- Suspiró y negó con la cabeza. -Hace poco me enteré de que mi hermana está embarazada, ¿Y qué crees? No podré siquiera ver a mi sobrino. Todo se está cayendo en pedazos... En cenizas más bien, y tú... Eres todo lo que me queda- Lo miré aguantando mis lágrimas, aunque quizá era la ocasión en que debía dejarlas salir.
-Yo también lo lamento. Siento que te he hecho mi prisionero y... No sé porqué me afecta tanto todo- Bajé la mirada y finalmente, las lágrimas rodaron por mis mejillas -Pienso en que cumpliré 30 dentro de poco, y tú... Apenas cumplirás 20. Estás en la mejor etapa de tu vida y yo te alejo de éso... Quizá deberías buscar a alguien más. Alguien más joven... Alguien que quiera salir contigo, alguien que no esté trabajando todo el día- Devolví la mirada a sus ojos y el también lloraba -... Me siento más como un padre que como un novio... Prohibiéndote cosas, pagando tu universidad...-

-Bill...- Cerró los ojos con fuerza -Te amo-